Rancho Las Voces: Caricatura / España: La huella de un desahucio
(6) El retorno de Francis Ford Coppola

jueves, marzo 17, 2016

Caricatura / España: La huella de un desahucio

.
Una viñeta de Aquí vivió de Isaac Rosa y Cristina Bueno. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 17 de marzo de 2016. (RanchoNEWS).- En una sucesión de viñetas de Aquí vivió (Nube de Tinta), novela gráfica escrita por Isaac Rosa y dibujada por Cristina Bueno, un activista de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) intenta explicarle a Alicia, la adolescente protagonista de esta historia, la magnitud de la problemática de los desahucios que arrancó en España con la crisis económica, allá por 2008. El activista recurre como unidad de medida a un campo de futbol, como si habláramos de la tierra quemada en un incendio, e invita a Alicia a imaginar «cinco, seis o siete bernabéus rebosantes de gente que ha perdido su casa». El cálculo impresiona aunque puede parecer poco riguroso, y de hecho lo es. No existen cifras exactas al respecto. «La PAH calcula que desde 2007 hasta ahora la cifra de ejecuciones inmobiliarias se acerca a 700.000», explica Isaac Rosa. El problema aparece cuando intentamos conocer cuántas de estas ejecuciones son de primeras viviendas, cuántas terminan en desahucio y cuántas no, cuántas son de locales comerciales... «No hay una voluntad política para que conozcamos la dimensión del problema aunque los datos estén en los juzgados, en los bancos, en la administración... Es más cómodo que todo quede en una nebulosa de cifras», comenta Rosa. Javier Yuste reporta para El Cultural.

Y aunque las cifras son opacas, los medios de comunicación han iluminado el drama de los desahucios en los últimos años y han dado voz a los afectados que han perdido su casa y su futuro. Aquí vivió tira de ese hilo pero va un poco más allá. Por sus páginas planea la idea de que la estafa inmobiliaria nos afecta a toda la sociedad y resulta convincente. De hecho, la protagonista, una adolescente que se enfrenta a la ruptura de la relación de sus padres, se da de bruces con esta tremenda realidad cuando su madre compra una vivienda de una familia desahuciada. «Solemos ponernos en el lugar de la familia que pierde su casa pero me interesaba el punto de vista de quién habita ese lugar después», explica Isaac Rosa. «El lector se pone en la piel de Alicia y la acompaña en una investigación que realiza con la ingenuidad típica de un adolescente que todavía tiene la capacidad de sorprenderse y de indignarse. Y eso mismo es lo que espero del lector».

El autor de novelas como El vano de ayer, El país del miedo o La habitación oscura llevaba tiempo interesado en acometer un proyecto sobre los desahucios pero no encontraba la manera de enfocar la historia. Desde Nube de tinta le propusieron participar en una nueva colección de novela gráfica y a Isaac Rosa se le encendió una bombilla que al final desembocó en Aquí vivió. Mientras el escritor pergeñaba la historia, Cristina Bueno entraba en el proyecto.  «La idea fue que el dibujo no fuera ni oscuro ni triste porque el drama ya estaba incorporado en la historia», explica Bueno. «Al final no me he salido de mi estilo, pero también hemos intentado elaborar un libro para todas las edades».

Y es que, si los desahucios muestran una realidad desgarradora, también generan espacio para que las personas muestren su mejor versión, que en el libro está explícita en la labor de la PAH y las personas que la forman.  «Lo primero que uno siente cuando le van a echar de casa es que está solo y que ha fracasado individualmente», explica Rosa. «Sin embargo, la PAH ha sido capaz de conseguir que este fracaso individual sea un fracaso colectivo». Para dotar de veracidad a la imagen que la novela gráfica da de estos activistas, Isaac Rosa acudió no solo a la documentación escrita y visual sino que visitó varias plataformas de Madrid para conocer de primera mano cómo funcionan las asambleas.

Aquí vivió muestra por tanto todas las ramificaciones de la estafa inmobiliaria, desde las personas que se tienen que privar de todo para poder seguir pagando la hipoteca hasta la mala conciencia del cerrajero que acude al lanzamiento, que es el término con el que se conoce al desalojo de las viviendas. También introduce una interesante historia de la burbuja inmobiliaria que arranca con el «no queremos un país de proletarios sino de propietarios» del ministro de la Vivienda José Luis Arrese durante el tardofranquismo. «Si vas a escribir sobre desahucios tiene que haber un mínimo de información y contexto», explica Rosa. «La primera tentación es dar mucha información, fechas, nombres, datos... Pero al final lo interesante en una novela gráfica es el elemento visual y quería que la narrativa fuera totalmente visual. Ahí estaba para mí el reto, ser capaz de pensar en imágenes y de contar visualmente».

Isaac Rosa espera que el libro de pie al lector para que continúe informándose e indague en la problemática de los desahucios, aún lejos de solucionarse.  «Nos estamos desentendiendo un poco pensando que igual esto está en vías de solucionarse pero todavía hay mucha gente que sigue teniendo un problema de vivienda», comenta Rosa. «Además los desahucios son solo la parte dramática de un problema mucho más amplio».



REGRESAR A LA REVISTA