Rancho Las Voces: Caricatura / México: «Memín Pinguín» ya es de dominio público
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miércoles, abril 29, 2015

Caricatura / México: «Memín Pinguín» ya es de dominio público

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A partir de 1962, Sixto Valencia comenzó a dibujar a Memín y todos sus amigos por invitación de Yolanda Vargas Dulché. (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 29 de abril de 2015. (RanchoNEWS).- Memín Pinguín pasó a ser de dominio público libre, según la última voluntad de su dibujante, Sixto Valencia Burgos, fallecido el jueves pasado. A través de una carta, que comenzó a ser difundida ayer, el historietista dejó dicho sobre su personaje: «¡Gócenlo, úsenlo, utilícenlo como bien les venga en gana! Por mi parte no puedo darles ya más». Reporta desde la ciudad de México para Excélsior Luis Carlos Sánchez.

La decisión de Valencia, explica él mismo en el documento, fue tomada por el temor de que Manelick de la Parra, hijo de Yolanda Vargas Dulché y exdirector general de Editorial Vid, buscara hacerse con la propiedad de los derechos de los personajes, a pesar de que él fue reconocido como el tenedor de la imagen gráfica de los personajes Memín Pinguín y la Ma’ linda, de acuerdo con los títulos de registros marcarios número 1330306 y 1330308, expedido por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.

En la misiva, Valencia detalla la lucha que debió emprender para lograr el reconocimiento de su autoridad sobre los personajes. El conflicto legal comenzó en 1992, relata, cuando De la Parra en contubernio con los abogados Mauricio Jaliffe, José Luis Caballero y Loredo Hill, le despojaron del reconocimiento patrimonial y moral de los derechos autorales del negrito.

 « A partir de 1992 intenté que el Señor Manelick, como representante de sus hermanos, respetara el reconocimiento de paternidad autoral de Memín; muchos fueron los intentos de llegar a un acuerdo en las juntas de avenencia, en reuniones fuera de los juzgados, pero sin una solución concreta que ahora entiendo sólo se hicieron para afectar mi poco patrimonio», afirma.

Como director general de Grupo Editorial Vid (sello que seguía editando a Memín), Manelick citó a Valencia y le pidió firmar un contrato por el que le pagaría 930 mil pesos, en tres exhibiciones por concepto de regalías. El contrato incluía una cláusula, la quinta, que le obliga a guardar secrecía sobre la existencia del contrato o, de lo contrario, debía pagar la misma suma que recibiría por penalización.

«Desgraciadamente, después entendí que gracias a la falta de escrúpulos de los abogados y de Manelick, lo que realmente había firmado era una carta de reconocimiento de realización de obra por encargo, donde yo desconocía mi calidad de autor». Con el tiempo, Valencia acudió a otras instancias, que finalmente reconocieron su propiedad sobre los personajes.

«Quiero que sepan que junto a mi familia siempre me hicieron enormemente feliz y les digo que es mi gusto y voluntad dejarles un legado, ya que Memín ha sido reconocido por varias generaciones en nuestro país; así pues, es mi interés que se siga difundiendo el personaje como símbolo de identidad con nuestros valores», afirma en su carta.


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