Rancho Las Voces: Literatura / Entrevista a José C. Vales
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sábado, febrero 07, 2015

Literatura / Entrevista a José C. Vales

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El escritor publica Cabaret Biarritz (Destino), ganadora de la última edición del Premio Nadal (Foto: Archivo)

C iudad Juárez, Chihuahua. 6 de febrero de 2014. (RanchoNEWS).- La actividad profesional de José C. Vales (Zamora, 1965) ha estado siempre vinculada al mundo del libro como redactor, traductor y editor para sellos como Espasa o Austral. Sin embargo, Vales siempre se consideró un novelista dormido. En 2013 empezó a desperezarse con la publicación de su primer novela, El pensionado de Neuwelke (Planeta), y acabó de despertarse por completo el pasado mes de enero, tras recibir el Premio Nadal, el más longevo de las letras españolas. La obra que le ha otorgado tal distinción es Cabaret Biarritz (Destino), una novela que retrata de manera original, a través de la voz de cerca de 30 personajes, el vital y desenfrenado ambiente de la Europa de los años 20, conformado por una sociedad que, tratando de olvidar la barbarie de la Gran Guerra, se dirigía sin remisión hacía una tragedia de mayores proporciones. Con un brillante sentido del humor, la obra refleja el lujo y el desenfreno del Biarritz de la época, lugar en el que se reunían todos los estratos sociales durante la época estival para dar rienda suelta a todos los vicios y placeres y, por supuesto, a las bajas pasiones. En este contexto, una joven aparecerá muerta provocando una cadena de acontecimientos que llevará a un escritor a retomar el caso varios lustros después. Lo entrevista para El Cultural Javier Yuste.

 Enhorabuena por el Premio Nadal. ¿Supongo que habrá sido una gran alegría recibirlo?

Una gran alegría y un honor pero también una responsabilidad. Es un premio que me interesa desde que estaba en la universidad porque tenía la particularidad de buscar valores nuevos de la literatura española. Ahora tengo la obligación de intentar estar a la altura de la espectacular nómina de premiados y solo espero que la novela divierta a los lectores lo suficiente como para ocupar el número 71 de esta lista con honor.

¿Cómo ha conseguido impregnarse de todo ese ambiente de excesos y libertinaje, tan vital, de los felices años 20 que retrata la novela?

Es una técnica de trabajo. El proceso de documentación es para mí indispensable, fundamental. Paso tanto tiempo buscando libros como redactando la trama básica aunque después gran parte de la información recopilada pueda ser incluso desechada.

Uno de los personajes más interesantes de la novela es Marcel Galet, un fotógrafo especializado en imágenes eróticas. ¿Existe muchos documentos gráficos de aquella época? ¿Se ha apoyado en ellos para crear el ambiente adecuado para la novela?

Las fotografías son en muchas ocasiones más interesantes que los textos históricos o las novelas de la época. Proporcionan una información valiosísima para crear ambientes y paisajes. Además se pueden encontrar en internet sin mayor problema, incluso las de corte más pornográfico. Cuando te impregnas de toda la documentación la historia surge más fácilmente.

¿Por qué cree que este período de entreguerras fue tan propenso al desenfreno en los ambientes más exclusivos?

Hay un par de razones que explican esa pasión por vivir. La primera conecta con la herencia de la Belle Époque: una alegría generalizada, los nuevos inventos como los automóviles, la pasión por el deporte... Pero todo ello se truncó con la tragedia de la Primera Guerra Mundial. Tras este conflicto salvaje y criminal, era inevitable que se produjera de nuevo un estallido de la vitalidad, con ese deseo irrefrenable de beberse todo el champán posible. En este nuevo estado de paz la sociedad trata de recuperar una vida feliz como bien cuenta Stefan Zwieg en El mundo de ayer.

¿Qué papel desempeñaba Biarritz en este nuevo panorama?

Hay varias ciudades que funcionan como el escenario de la recuperación de la vida, la pasión, el amor y el desenfreno. También estaban Brigthon, Niza, Capri e incluso San Sebastián. Todas ellas acogían a la flor y nata de la diplomacia, de la nobleza más o menos rica y más o menos pobretona, a los nuevos potentados y a los que se habían hecho ricos durante la guerra pero también a los buscavidas, a las flappers y todo los personajes que conformaban el mundo del cabaret y del vicio. Unos y otros se reunían en estas ciudades durante la época estival para entregarse a todos los placeres.

No es habitual escuchar tantas voces en una novela, tan diversas, de estratos tan diferentes... ¿Ha sido lo más complicado desde su perspectiva de escritor?

La novela tiene una estructura un poco compleja con una triple estructura temporal y con 30 testimonios de 30 personajes distintos. Pero al final es una narración muy lineal, se puede leer como una novela convencional. Lo difícil, lo complejo y también lo más interesante y agradable desde el punto de vista del escritor es desarrollar una trama a través de múltiples personajes. De esta manera solamente el lector, cuando acaba el libro, sabe verdaderamente lo que ha ocurrido ya que todos los personajes arriman el ascua a su sardina o mienten o tergiversan o echan la culpa a otro... Son todos una gran pandilla de sinvergüenzas que intentan confundir al recopilador, George Miet.

Por esto que me cuenta la novela apela mucho al lector y funciona casi como un juego, ¿no cree? 

Sí, estoy completamente de acuerdo. El lector tiene que entrar a jugar en esta historia de Biarritz porque es un elemento indispensable para la resolución del caso. Es una exigencia suave, pero la novela exige en la medida de lo posible que el lector participe en este divertimento.

¿Qué representa un personaje femenino tan fuerte como Beatrix?

Para un escritor poder imaginar un personaje así es una delicia. Beatrix es adorable, una persona valiente que ama a quién quiere amar y cómo quiere amar. No tiene prejuicios morales y simplemente se deja llevar por su vitalidad y por su amor aunque también con sus dudas. La simple imagen de verla conducir con gafas y botas de aviador, con pantalones ajustados y saltando del descapotable creo que puede enamorar a cualquiera.

¿En toda esa documentación que recabó había alguna mujer que le inspirara para desarrollar el personaje de Beatrix?

En algunas fotografías de los bailes que se celebraban en Biarritz aparecen esas flappers con los vestidos azules de talle bajo, zapatos de pulsera y tacón, con sombreritos de campana o con las diademas de plumas que recuerdan a las fiestas que organizaba el Gran Gatsby. Tan guapas, tan divertidas, tan extrovertidas y tan atrevidas, tan valientes y tan libres de prejuicios... Me gusta verlas porque parecen tener mucho más valor y ser mucho más independientes que los caballeros que las rodean, más amedrentados, como si estuvieran todavía asustados por las trincheras de la Gran Guerra.

Beatrix también funciona como símbolo de la liberación de la mujer...

Sí, pero el proceso se quebró poco después con la Segunda Guerra Mundial. En el periodo de entreguerras la libertad y la pasión por la vida habían sido muy potentes pero con el Crack del 29, la Guerra Española y una sucesión de crímenes multitudinarios y espantosos la libertad pareció encogerse y volvió una moralidad un poco bastarda y desagradable. Hasta los años 60 la juventud, gracias al mundo del pop, nos volvió a imponer cierta vitalidad en el mundo.

¿Cuáles han sido sus referencias respecto a la trama detectivesca?

Me gusta mucho Wilkie Collins que siempre ha tenido interés por cuestiones detectivescas pero no soy especialmente amante de autores como Conan Doyle. En realidad la trama detectivesca es una buena excusa para esbozar un paisaje y recuperar el amor perdido de Beatrix y Vilko o el amor perdido de esa señora que se encuentra en un asilo de locos. Creo que puede resultar más interesante para el lector el paseo por la playa de Biarritz, por el Hotel du Palais o por los cabarets, villas, bailes, casinos, etc.

Despertar en medio de la crisis

En la entrega del Nadal afirmó que durante mucho tiempo se sintió un novelista dormido. ¿Ha despertado ya definitivamente?

No lo sé. Este tipo de premios te zarandean lo suficiente como para que te quedes despierto durante al menos un tiempo. Si al público lector le gusta la novela, estoy dispuesto a contarles más historias divertidas que les apetezca compartir con otros lectores.

¿Cómo ve la situación de la cultura?

Crítica en el sentido etimológico de la palabra. Existe un proceso de cambio que desde luego tiene mucho que ver con los soportes. Desde el punto de vista de la literatura yo diría que ahora hay muchas literaturas diferentes pero poco cohesionadas porque el mundo tampoco está cohesionado. Las narraciones son muchas y diversas y provienen de distintos sectores: del cine, de la televisión, del teatro... El mundo está en un proceso de ajuste en el que no puedo prever en absoluto cual va a ser el resultado. Solo espero que el formato libro siga vivo porque es un soporte significativo en cuanto a que el editor escoge una portada, escoge un lomo, escoge un tipo de fuente, una tipografía… Me gusta leer en papel y me gustan los libros.

Se ha dado cuenta de que faltan solo 5 años para que vuelvan los años 20...

Sí pero a mí el mundo actual no me parece tan divertido. Una sociedad que está permanentemente mirando el ordenador y el teléfono puede estar muy conectados pero no puede ser tan vital como aquella de los felices años 20. Pero este tipo de comparaciones siempre llevan al anacronismo.



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